CURIOSIDADES BOLIGRAFERAS
BREVE HISTORIA.-
El bolígrafo fue patentado en Hungría en 1938 por Ladislao Biró. Al invento se le llamó BIROME por la asociación de los apellidos Biró y Meyne, su socio. Huyendo de la amenaza nazi, Biró se asienta en Argentina en 1940, donde por primera vez se financió, comercializó e industrializó el invento.
Ladislao, periodista de profesión, se empeñó en mejorar la calidad de las plumas que continuamente se atascaban y dejaban manchas de tinta. La idea le surgió mientras observaba a unos niños que jugaban con una pelota y vio como al atravesar un charco quedaba marcada una línea de agua sobre el suelo seco.
Ahora sólo había que colocar una pequeña bola en el extremo de las plumas ya existentes, para que la tinta fluyera de manera constante y así nació el bolígrafo tal y como lo conocemos hoy.
En 1951, Marcel Bich compró la patente y en 1953 comenzó la fabricación industrial de su famoso BIC.
En 1979 Guillette pone a la venta el Erase Mate o Replay. El primer bolígrafo borrable.
En 1985 Gerad Pavad, creó un bolígrafo que escribe en relieve, con tinta termohinchable, que permite el dibujo y la escritura a los invidentes.
LAS TINTAS.-
A comienzos del S.XX se impuso el color azul por la sencilla razón, de que así era más fácil diferenciar un original de una copia. Por aquel entonces no había fotocopiadoras y se usaba el famoso papel carbón y las copias siempre eran en negro. Además, la tinta negra contiene carbono, lo que la hace más difícil de fluir.
Entre los años 1931 y 1975 los monárquicos en España, utilizaron utensilios de escritura con tinta de color verde. Se trataba de propagar un mensaje secreto, ya que las iniciales de Viva El Rey De España, forman el acrónimo VERDE.
LA NASA.-
Es famosa la historia que cuenta, que tras los primeros vuelos espaciales tripulados, los astronautas se encontraron con el problema de que los bolígrafos no escribían en el espacio por la falta de gravedad. Dicen que los rusos no tuvieron ese problema porque llevaban lápices.
Pero esto sólo es una leyenda urbana, ya que en 1969, los astronautas del programa Apolo ya llevaban el Space Pen. Un bolígrafo que escribe en condiciones de gravedad 0 y soporta temperaturas extremas de -50Fº y +250Fº. Su creador Paul Fisher, invirtió más de dos millones de dólares en perfeccionar y patentar un bolígrafo que escribe desde cualquier ángulo y sobre casi cualquier superficie, incluso bajo el agua.
Lo que es menos conocido, es que la primera vez que el hombre pisó la luna en 1969, uno de los astronautas, con la esquina de su mochila, rompió el interruptor de despegue del módulo lunar, y por lo tanto no podían regresar. Sin herramientas y sin tiempo para la reparación, consiguieron salir de la difícil situación con una “chapucilla”, usando el casco de uno de sus bolígrafos a modo de palanca, lo que permitió el despegue del módulo lunar. El resto de la historia es bien conocida por todos : “ Un pequeño paso para un hombre y un gran salto para la Humanidad”, gracias al casco de un boli.