Dicen que los niños vienen con un pan debajo del brazo.
Pues en el caso de Martín, en vez de venir con un pan, ya venía con un boli.

Cuando iba a nacer Martín, entró la comadrona en la habitación y al marchar le vi el boli en el bolsillo y se lo pedí. Me dijo que no, que se lo acababan de dar y que no tenía mas. Que aún estaba sin estrenar.
Cada vez que entraba en la habitación, se lo pedía y al final, supongo que, para que la dejara en paz, me dijo que esperara a que naciera el bebé y en cuanto hiciese su ficha me lo daba.

No me volví a acordar del tema, y cuando ya estábamos en casa y al deshacer la maleta apareció el boli.
Lola se había acordado y en una de las visitas a la mamá y al bebé les llevó el boli para el pesado del papá.

Muchas gracias, Lola. Es un recuerdo muy tierno y bonito.

                  EL BOLI DE MARTIN.- LOLA / HOSPITAL DE JARRIO (3/Febrero/2006)